La condena del Papa a Marcial Maciel significa su «muerte eclesial» y un baldón de consecuencias imprevisibles sobre su obra, los Legionarios de Cristo, que, en España, cuentan con significativas terminales, tanto a nivel político como eclesial. El baldón que ha caído sobre esta institución religiosa es de tales características que lo que más temen, en estos momentos, sus máximos dirigentes es que el fundador los arrastre en su caída.
A los Legionarios les preocupan especialmente dos cosas : que muchos de sus miembros decidan abandonar la institución que, a partir de ahora, se asociará siempre a pederastia y a abusos sexuales, y, en segundo lugar, que, por esa misma razón, muchos padres decidan sacar a sus hijos de los colegios legionarios, la principal actividad y fuente de ingresos de la institución religiosa.
La cuestión más urgente es saber hasta que punto el cáncer de la pederastia ha afectado a la orden de los Legionarios de Cristo. Miles de niños y adolescentes pueden estar en peligro.
O dicho de otra forma, si el tronco está podrido, ¿pueden estar las ramas vivas ? Algunos temen que no.
Y es que, como publicaba El Pais, hace dos años, «las acusaciones de pederastia persiguen desde sus inicios a los Legionarios de Cristo, una organización fundada en México por el sacerdote Marcial Maciel Degollado, que, junto al Opus Dei, el Camino Neocatecumenal -los Kikos- y Comunión y Liberación, forma la vanguardia del catolicismo actual. Maciel llegó a España en 1946 de la mano de Íñigo de Oriol y Alberto Martín Artajo, ministro de Exteriores con Franco.
Es precisamente en los seminarios donde ocurrieron los casos de pederastia desvelados ahora en un libro que recoge documentos secretos de la congregación y de su movimiento de laicos, el Regnum Christi. Su autor es el periodista José Martínez de Velasco (Madrid, 1952), redactor jefe de la agencia Efe. Los documentos secretos de los Legionarios de Cristo, (Ediciones B), es continuación de un libro anterior del mismo autor, Los Legionarios de Cristo. El nuevo Ejército del Papa (La Esfera, 2002), sobre los vínculos de este grupo con el poder político y financiero y su avance en España.
Según José Martínez de Velasco, autor del libro «Los Legionarios de Cristo», «España es la base operativa para la expansión legionaria hacia Roma y el continente europeo. A través de selectos colegios y de un activo entorno universitario en Madrid, Valencia, Cantabria, Salamanca, Barcelona y Sevilla, la Legión de Cristo se está introduciendo en las familias y en los círculos más poderosos e influyentes de la economía y de la comunicación de nuestro país».
Legionarios reconocidos son dos ministros, Ángel Acebes y José María Michavila, además de una hermana de Ana Botella, que no oculta su proximidad al movimiento. Y en su órbita se mueven también otros apellidos ilustres de las finanzas y la universidad como Gustavo Villapalos ; la familia Oriol (que cuenta con 4 curas legionarios) o Alicia Koplowitz y su fundación Vida y Esperanza. Dueños de la universidad privada Francisco de Vitoria, su estrategia actual consiste en ir comprando y/o fundando colegios para formar a los más jóvenes. Ejemplo de ello es el reciente caso del colegio El Bosque, de Madrid, cuyos alumnos han visto cambiar la orientación laica del centro a la ideología legionaria -separación de sexos incluida- a mitad del curso.
Son tamibén los Legionarios los encargados de la información religiosa del diario La Razón y de su suplemento de los miércoles, titulado «Fe y Razón». A nivel eclesial, sus miembros más conocidos son el padre Pardo y los periodistas Alex Rosal y Alex Navajas.
Entre los obispos españoles cuentan con el apoyo incondicional del cardenal primado, Antonio Cañizares, que celebró su primera misa tras la obtención del birrete cardenalicio en la sede de los Legionarios de Roma.