Octavio, dogma y tabú, o la segunda réplica de "Balance"
A casi setenta años de la Guerra civil aún hay quien no ha resuelto satisfactoriamente una cuestión fundamental, que en 1936 llevó a la CNT-FAI a la colaboración gubernamental con partidos burgueses en un Estado capitalista.
Octavio, dogma y tabú, o la segunda réplica de «Balance»

A casi setenta años de la Guerra civil aún hay quien no ha resuelto satisfactoriamente una cuestión fundamental, que en 1936 llevó a la CNT-FAI a la colaboración gubernamental con partidos burgueses en un Estado capitalista.

Y Octavio insiste en plantear de nuevo ese dilema erróneamente, como se hizo en 1936 : o colaboración gubernamental o dictadura anarquista. Dice Octavio exactamente : “¿estaban la CNT y la FAI (sus «líderes» y sus militantes) en condiciones de enfrentarse victoriosamente a los militares y de integrar (libremente) a todos los demás sectores del proletariado en su programa y en sus experiencias revolucionarias sin transformarse en poder, en dictadura ?” O sea que, según Octavio, la única alternativa válida para evitar una “dictadura anarquista” era meter ministros ácratas en un gobierno burgués. Las circunstancias, el destino, los dioses, la carencia de una teoría válida sobre el poder, o la fatalidad, hicieron que no hubiese otro camino para la CNT-FAI que el de la colaboración con el Estado. Pues no, Octavio, ¡no !, ni dictadura anarquista ni colaboración con la burguesía y el Estado capitalista. Esa alternativa era y es falsa. Existía una tercera opción, propuesta en abril de 1937 (quizás ya demasiado tarde) por los anarquistas de la Agrupación de Los Amigos de Durruti : una Junta Revolucionaria, formada por todos los combatientes obreros de Julio, sin partidos burgueses, una dictadura de clase, capaz de coordinar y centralizar todos los comités, capaz de crear un ejército obrero, capaz de dirigir la economía y la guerra, una Junta Revolucionaria que sustituyera el gobierno de la Generalidad.

Hay miedo a las palabras. Hay fidelidad al dogma. Si la historia y la realidad no encajan con la fe, no se tiran los dogmas por la ventana : se cambia la realidad y la historia, o aún más fácil, se convierte en un tabú del que está prohibido hablar o pensar. ¡Setenta años después de Julio del 36 aún se tiene miedo de las palabras, aún hay tabúes, aún no se reconocen los errores, y se sigue pensando en la doble opción : colaboración gubernamental o dictadura anarquista !

Como decía mi abuelo : “no basta con querer hacer la revolución, también hay que pensarla”. Si no, pasa lo que pasa, en el momento de la verdad, en el momento de intentar destruir el Estado, se renuncia a los principios ácratas antiestatales y se fortalece un gobierno burgués tambaleante, con la infantil excusa de no implantar una “dictadura anarquista”.

Según Octavio, en julio de 1936 no había más camino que la colaboración gubernamental. Así pues el dilema, en todo caso, era el de meter más y más ministros en el gobierno (lo mismo que dice Marín), sin entender que las funciones estatales no varían ni un ápice sea cual fuere la ideología de sus ministros.

Sobre las etiquetas : En 1937-1938, cuando el PSUC y el PCE etiquetaban a alguien como trotskista no estaban haciendo una definición política, sino una grave acusación que podía conducir a la cárcel o al paredón. Nin y el POUM fueron calificados como trotskistas, perseguidos y liquidados política y físicamente. Octavio etiqueta de nuevo a “Balance” como trotskista, como hizo el PSUC con Nin, como hizo la FAI con Los Amigos de Durruti : allá Octavio con sus etiquetas. Mejor pensar sin ataduras ni cadenas que etiquetar a diestro y siniestro.

Sobre otras cosas : No entiendo eso de una revolución pacifista, por unanimidad de toda la Humanidad, incruenta y no autoritaria, que sería más un celestial milagro mariano que algo terreno, porque todas las revoluciones han sido siempre violentas y autoritarias, y en la actual sociedad de clases, clasistas. Ese pacifismo a lo Ghandi es ilusorio y además no tiene nada que ver con lo sucedido el 19 de Julio de 1936, donde la clase obrera respondió al golpe fascista con las armas en la mano, y se quiera o no se quiera reconocerlo, mató amos, curas, militares sublevados y fascistas. El 19 de Julio violencia y poder iban juntos. El fracaso de la sublevación fascista hizo surgir una situación revolucionaria porque se había derrotado al ejército, se habían tomado las fábricas y el monopolio estatal de la violencia había estallado en una miríada de poderes locales, que hubiera sido necesario coordinar y centralizar, mediante una Junta Revolucionaria que planteara la destrucción del Estado. En lugar de eso se colaboró con un gobierno burgués que fortaleció de nuevo al Estado.

Sobre lo del torrente, que no el Torrente, le diré a Octavio que las situaciones históricas evolucionan, y que la avalancha revolucionaria de julio, que lo arrasaba todo, fue rápidamente encauzada y canalizada hacia la guerra en el frente militar gracias a la colaboración gubernamental de los anarcosindicalistas.

CONCLUSIONES :
Estamos tocando el fondo. El debate puede darse por terminado, so pena de aburrir al personal con repeticiones de disco rayado. Creo sinceramente que no debe responderse a las argumentaciones de “Balance” con más reafirmaciones en el dogma. Coincido con Octavio en el resumen que hace de las posiciones de “Balance” : una revolución proletaria es total y totalitaria o no es nada, y será rápidamente aplastada. Octavio por el contrario creo que pretende que las revoluciones son pacíficas, unánimes, defensivas, incruentas y amistosas. Para Octavio, en julio de 1936, había sólo dos opciones : la colaboración gubernamental o la dictadura anarquista, y dado el horror que Octavio manifiesta por eso de la “dictadura anarquista”, opta tácitamente por la otra opción : el colaboracionismo. Para “Balance” esa opción no sólo era falsa, sino que además la acción revolucionaria del proletariado fue encauzada y anulada por esa colaboración gubernamental. La alternativa revolucionaria, en 1936, era una Junta Revolucionaria, formada por los combatientes obreros, que coordinara y centralizara el poder local y sectorial de los comités surgidos por doquier. Meter ministros en el gobierno condujo a la CNT-FAI a colaborar, en 1938, en la brutal represión estalinista del movimiento obrero, y sobre todo de los grupos anarquistas críticos con el colaboracionismo gubernamental (1). ¿Anarquismo de Estado o revolución total, totalitaria y de clase ?

Balance, a cinco de octubre de 2005.
http://es.geocities.com/hbalance2000

Nota :
1.- Véase en la web de “Balance” el trabajo sobre el terror estalinista en Barcelona. Hay una versión resumida en www.red-libertaria


Par : BALANCE. Cuadernos de historia



Fuente: BALANCE