Durante más de un siglo los Estados Unidos han intervenido, hecho la guerra e impuesto tratados imperialistas contra los derechos del pueblo cubano a la soberanía. En 1897, cuando Cuba alcanzaba la victoria en la Segunda Guerra de Independencia contra España, Theodore Roosevelt alentó al presidente de los Estados Unidos McKinley a intervenir.
En 1898, los Estados Unidos declararon la guerra a España para impedir que Cuba alcanzara su independencia.
En 1901, entre otras medidas forzozas para codificar el control de Cuba, incluso que : “los Estados Unidos puedan intervenir militarmente en cualquier momento”, se encontraba el igualmente ultrajante decreto que estipulaba que Cuba tiene que vender o arrendar a una potencia extranjera, los Estados Unidos, “las tierras necesarias a carboneras o bases navales en ciertos puntos específicos”. Ultrajante porque siempre terminó o quiso terminar con una invasión o anexión del territorio del país a una potencia extranjera.
Guantánamo era un “punto específico”, donde se construyó una base naval estadounidense con las consecuencias que todos conocemos. La pobreza de un antiguo país colonizado fue explotada de manera vergonzosa por los Estados Unidos democráticos a cambio del arrendo anual de 2 000 dólares en oro, sobre el principio basado en que una potencia rica tiene el privilegio moral de comprar cualquier cosa, incluso parte de otro país. Desde 1959, Cuba se ha negado a cobrar el arriendo.
El uso que se le ha dado a un territorio soberano producto de este robo probado es, en fin de cuentas, un motivo de vergüenza y de desgracia para los Estados Unidos y también para el mundo contemporáneo quien, intimidado por el poder estadounidense, se hace él de la vista gorda con respecto a la prisión implantada de manera flagrante en un país ajeno. Las horrendas condiciones de aislamiento, privación y tortura existentes en esta cárcel medieval y condenadas por Amnistía Internacional y un número creciente de organizaciones de derechos humanos, siguen vigentes a causa de Estados Unidos, una potencia extranjera que no tiene derecho a estar allí.
Constantemente se profanan los derechos humanos en nuestro mundo. Lo que implica a menudo conflictos de gran complejidad religiosa, de facciones ; es inmensamente difícil encontrar soluciones justas a éstos.
Guantánamo es la excepción clara.
La solución justa es sencilla.
Todos los Estados, comunidades y ante todo cada persona en este mundo con responsabilidad a nivel mundial comprometida con la verdad de que la verdadera humanidad entre naciones y pueblos sólo puede existir en la justicia, debe pedir, en su nombre, que los Estados Unidos abandonen Guantánamo incondicionalmente.
¡Ahora !
Nadine Gordimer
Salim Lamrani
Noam Chomsky
Rigoberta Menchú
Adolfo Pérez Esquivel
Fuente: Nadine Gordimer / Salim Lamrani / Noam Chomsky / Rigoberta Menchú / Adolfo Pérez Esquivel