El Gobierno de Marruecos ha retenido y devuelto a España un avión con políticos y periodistas que viajaban a la capital administrativa del Sáhara Occidental para comprobar la situación de los derechos humanos. Entre ellos está la concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, que ha exigido «medidas de protesta diplomática». Otra integrante de la delegación, la alcaldesa de San Fernando de Henares, ha manifestado que «esta situación se acerca mucho al secuestro y nos hace pensar lo peor de lo que pueda estar sucediendo en Marruecos».
Rabat expulsa de El Aaiún a una delegación de políticos y responsables de ONG españoles
El grupo de 11 personas no pudo desembarcar del avión en el que viajó desde Las Palmas
IGNACIO CEMBRERO – El Aaiún
ELPAIS.es
Pese a estar en tierra, nadie desembarcó del avión de la compañía Binter que, procedente de Las Palmas, aterrizó hoy a las 11h.10 (13h10 hora peninsular española) en El Aaiún. Minutos después quedó claro que las autoridades marroquíes prohibían la entrada en la capital del Sáhara Occidental de una delegación de once personas compuesta por políticos madrileños, defensores de los derechos humanos y responsables de asociaciones simpatizantes con el Frente Polisario.
Por megafonía, la tripulación pidió a los pasajeros que permaneciesen sentados y rogó a José Sánchez Luque, concejal socialista de Fuenlabrada (Madrid), que se identificara poco después de aterrizar. Cuando lo hizo un policía de paisano le significó que ningún miembro de la delegación podría desembarcar.
Del grupo, que regresó a Las Palmas en el mismo aparato, formaban parte Inés Sabanés, concejala de Izquierda Unidad de Madrid, Montserrat Muñoz de Diego, alcaldesa de San Fernando de Henares, los concejales socialistas de Torrejón, Valentín Gómez, y de Fuenlabrada, así como representantes de la Liga Española de Derechos Humanos, Francisco J. Alonso y Marc Atala, y de asociaciones de amistad con el pueblo saharaui.
«Estoy indignada, esto es inaudito», repetía Montserrat Muñoz en el pasillo del avión al enterarse de la prohibición, mientras que Inés Sabanes afirmaba que lo sucedido «demuestra la poca voluntad del Gobierno marroquí de entablar un diálogo». «Es un atropello más del que deberá responder el Gobierno español», añadía mientras otros pasajeros se quejaban del calor que hacia en el interior del aparato del que no podían salir.
El objetivo de la visita, de tres días de duración, era recabar in situ información sobre las manifestaciones de la semana pasada, en las que jóvenes saharauis quemaron banderas marroquíes y enarbolaron la del Polisario. Además de entrevistarse con defensores de los derechos humanos, habían pedido citas al wali (gobernador) de El Aaiún y a la Minurso (contingente de Naciones Unidas).
Para evitar que se les colase en el aeropuerto de El Aaiún algún miembro de la delegación, las autoridades marroquíes retuvieron en el avión a todos los pasajeros con nacionalidad española. Arriba, en la escalerilla del aparato, policías de paisano comprobaban los pasaportes de aquellos españoles que aseguraban no pertenecer al grupo. Tuvieron dudas de dejar pasar a dos periodistas canarios, uno de la cadena SER y otro colaborador de Reuters. Finalmente dejaron bajar al primero, Nicolás Castellano, pero no a Juan Medina, fotógrafo de la agencia británica.
«Informamos al Ministerio de Asuntos Exteriores español y a la Embajada de Marruecos en Madrid de nuestro proyecto de visita y no pusieron pegas», comentó Félix Morgado, coordinador de la frustrada visita a la ex colonia y presidente de la Federación de Instituciones Solidarias con el Pueblo Saharaui. «Aunque», reconoce, «los marroquíes nos señalaron que había entre nosotros miembros de asociaciones sectarias».
Horas antes de que iniciasen su viaje la Asociación Sáhara Marroquí, que milita por la soberanía de Marruecos sobre la ex colonia pero es muy crítica con la política que sigue Rabat en el territorio, anunció en un comunicado la inminente llegada de la delegación española al tiempo que pedía a las autoridades que, a diferencia de lo que suelen hacer, manejasen el asunto con mano izquierda.
Anteriores expulsiones
Una periodista de la publicación vasca Berria, María Cristina Berasain, fue expulsada el viernes de El Aaiún por haber efectuado «falsas declaraciones» a la policía del aeropuerto. Berasain les indicó, según una nota difundida por la agencia de prensa oficial marroquí (MAP), que era farmacéutica y que su intención era hacer turismo.
Tras algunos titubeos -expulsión de la cadena Al Yazira y prohibición a TVE de salir del hotel- las autoridades marroquíes autorizaron a las televisiones, a finales de la semana pasada, a rodar imágenes en los barrios de El Aaiún dónde se habían producido las protestas y a entrevistar a sus protagonistas.
El grupo español que llegó hoy es el primero de una retahíla de delegaciones que tiene la intención de viajar a El Aaiún en las próximas semanas. Entre ellas figuran diputados de las Cortes de Aragón, del Parlament de Cataunya y también del grupo Paz para el Pueblo Saharaui, integrado por diputados y senadores de las Cortes españolas.