Los tres nombres del dictador
Su red financiera oculta le permitió mover más de 13 millones de dólares durante 25 años Ni las violaciones de derechos humanos ni el origen del dinero preocuparon a los banqueros
César Muñoz Acebes washington
El ex dictador de Chile Augusto Pinochet tuvo « cuentas secretas » en España, Gibraltar, Argentina, Suiza y otros países, cuyo monto se desconoce, según un informe de un subcomité del Senado de Estados Unidos.
Los tres nombres del dictador
Su red financiera oculta le permitió mover más de 13 millones de dólares durante 25 años
Ni las violaciones de derechos humanos ni el origen del dinero preocuparon a los banqueros
César Muñoz Acebes washington
El ex dictador de Chile Augusto Pinochet tuvo « cuentas secretas » en España, Gibraltar, Argentina, Suiza y otros países, cuyo monto se desconoce, según un informe de un subcomité del Senado de Estados Unidos.
El Subcomité de Investigaciones del Comité de Seguridad Nacional describió una amplia red de 125 cuentas secretas en numerosos bancos de Estados Unidos que Pinochet usó para manejar millones de dólares de origen desconocido. Parte de este entramado fueron operaciones financieras realizadas a través de empresas ficticias en paraísos fiscales y sucursales de bancos en el extranjero. El ex dictador tuvo fondos en España, Estados Unidos, Argentina, Chile, Gibraltar, el Reino Unido, Bahamas, las Islas Caimán y Suiza. Sin embargo, el subcomité no pudo analizar las cuentas en esos países porque muchas de las instituciones financieras citaron leyes de secreto bancario para no proporcionarle información, según explica el estudio. Aun así, los investigadores del subcomité comprobaron que desde 1981 al 2000 el Banco Atlántico, ahora fusionado al Banco de Sabadell, transfirió 5,8 millones de dólares desde Gibraltar, Madrid y Zúrich a cuentas ligadas a Pinochet en el Banco Riggs, en Estados Unidos.
Por su parte, el Bank of America reconoció « poder o haber podido » tener cuentas de Pinochet o su familia en Chile y España, aunque no dio información sobre ellas.
Otro banco implicado en las transacciones sospechosas del ex dictador es el británico Coutts & Co., cuyo negocio de banca privada en Latinoamérica fue adquirido por el Santander Central Hispano en mayo del 2003.
Desde 1993 hasta este año, el Coutts mantuvo en paraísos fiscales cuentas para empresas ficticias controladas por Oscar Aiken, un abogado ligado a Pinochet, según el informe. Esas cuentas recibieron 2,3 millones de dólares que el ex dictador tenía en el Banco Espirito Santo, que fueron canalizados a otros países. El SCH colaboró con el subcomité en esclarecer esa transacción y otras entre Aiken y Pinochet, según el informe. Además, a finales del año pasado cerró todas las cuentas de Aiken excepto una, pendiente de un proceso de bancarrota.
También Obiang
El escándalo de las cuentas « fantasma » de Pinochet en Estados Unidos se destapó cuando el subcomité del Senado se topó con ellas, así como con las del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, cuando investigaba violaciones de las leyes contra el lavado de dinero por parte del Banco Riggs.
Esa investigación también salpicó al Santander porque se supo que entre junio de 2000 y diciembre de 2003 una cuenta de una sucursal en Madrid a nombre de la empresa Kalunga Company S.A. recibió 26,4 millones de dólares de Guinea Ecuatorial depositados en el Riggs.
El banco con sede en Washington reconoció en enero que la transacción era sospechosa, ya que desviaba dinero del Estado guineoecuatoriano sin ninguna justificación. Se desconoce quién se quedó al final con los fondos.
Aunque el subcomité detalló una larga lista de operaciones que apuntan al lavado de dinero realizadas por otras instituciones financieras, continúa señalando al Riggs como el banco con mayor culpa, porque no sólo miró para otro lado, sino que también ayudó a Pinochet a ocultar sus fondos en EE. ?UU. y en el extranjero. Y todo a pesar de que el juez español Baltasar Garzón había emitido una orden internacional para congelar sus bienes.
Ni las denuncias de las violaciones de los derechos humanos durante su régimen ni el origen desconocido del dinero de Pinochet preocuparon a los banqueros a la hora de hacer negocios con él, según deja claro el informe.