El ministro del Interior, José Antonio Alonso, aseguró hoy que España no permitirá «rebajas» en la lucha contra el racismo y la xenofobia a nivel europeo porque este tipo de comportamientos son «aboslutamente intolerables» y deben ser «reprimidos allí donde haga falta».
Alonso respondía así a las reticencias de Italia a la hora de adoptar un marco común de delitos y penas para cuestiones de racismo y xenofobia, que mantiene bloqueada esta iniciativa desde el año 2003. Los ministros de Justicia e Interior de la Unión Europea discutieron hoy sobre esta cuestión sin alcanzar ningún acuerdo.
«De lo que se trataba es de que todos los ordenamientos incorporaran como comunes delitos relativos al racismo y la xenofobia, y agravantes específicas para los comportamientos que tengan que ver con el racismo y la xenofobia, estableciendo penas mínimas también iguales», explicó el ministro, destacando que Italia había efectuado «algún tipo de reservas».
«El proceso de toma de decisiones es por unanimidad, por tanto un sólo país puede bloquear esa toma de decisiones», se lamentó. «Pero la solución no puede suponer una rebaja en la lucha de Europa a nivel jurídico penal contra el racismo y la xenofobia porque desde luego España nunca estará por rebajar el escenario normativo y la respuesta policial y judicial frente a este tipo de fenómenos», dijo.
Los ministros descartaron prohibir los símbolos nazis, como la esvástica, que iba a incluirse en esta iniciativa europea contra el racismo y la xenofobia, a causa de la oposición frontal de Reino Unido, Hungría y Dinamarca, que consideran que esta prohibición es una medida «superficial» que podría «distraer» a los Veinticinco del objetivo de lucha contra el racismo y la xenofobia, según informaron fuentes diplomáticas.
Durante el debate de los ministros, sólo Italia y Alemania defendieron explícitamente la prohibición de los símbolos nazis, aunque el Gobierno alemán se mostró dispuesto a abandonar esta propuesta si con ello se lograba un consenso en el texto sobre racismo y xenofobia.
Británicos, húngaros y daneses justificaron su oposición con el argumento de que el problema del racismo y la xenofobia es algo «mucho más profundo y más general», y aseguraron que el debate sobre los «símbolos» podría distraer la atención.
Ninguno de los nuevos Estados miembros intervino en el debate para pedir que la prohibición se extendiese a los símbolos soviéticos, tal y como habían solicitado varios eurodiputados de los países de la ampliación.
La iniciativa de vetar los símbolos nazis fue promovida por un grupo de eurodiputados alemanes a raíz de las fotografías en las que el príncipe Harry de Inglaterra aparecía disfrazado de oficial nazi. Esta propuesta fue asumida luego por la presidencia luxemburguesa y por el vicepresidente de la Comisión y responsable de Justicia, Libertad y Seguridad, Franco Frattini, que luego ha dado marcha atrás.
Pero ni siquiera el carpetazo a la prohibición de los símbolos nazis ha facilitado el acuerdo sobre el marco europeo de lucha contra el racismo y la xenofobia ya que, a pesar de que los Veinticinco coinciden en la necesidad de sacar adelante esta iniciativa, Italia continua alegando que la actual propuesta supone una amenaza a la libertad de expresión.
Los ministros de Justicia e Interior retomarán el debate en su próxima reunión, prevista para el 14 de abril, después de que los embajadores de los Veinticinco revisen el texto.