El Ayuntamiento de Lleida ha iniciado las obras para abrir una plaza en el centro histórico de la ciudad, en el solar que durante años ocupó la casa familiar de Salvador Seguí, el Noi del Sucre. El elemento más singular del espacio es el tratamiento que se dará a la pared medianera de la vivienda contigua que ahora dará a la plaza y que se tapará con placas prefabricadas y decoradas con la efigie de Seguí y con rosas rojas, símbolo de la Barcelona anarquista.

La urbanización de la plaza, que durará cinco meses, contempla también la colocación de una fuente, bancos y arbolado, además de una placa conmemorativa.


El Ayuntamiento de Lleida ha iniciado las obras para abrir una plaza en el centro histórico de la ciudad, en el solar que durante años ocupó la casa familiar de Salvador Seguí, el Noi del Sucre. El elemento más singular del espacio es el tratamiento que se dará a la pared medianera de la vivienda contigua que ahora dará a la plaza y que se tapará con placas prefabricadas y decoradas con la efigie de Seguí y con rosas rojas, símbolo de la Barcelona anarquista.

La urbanización de la plaza, que durará cinco meses, contempla también la colocación de una fuente, bancos y arbolado, además de una placa conmemorativa.

Salvador Seguí i Rubinat nació en 1886 en Tornabous (Urgell) y pasó la infancia en una casa de la calle de Tallada, a pocos metros del Mercat del Pla de Lleida, que fue derribada hace unos años con motivo de la rehabilitación del centro histórico.

LA CANADIENSE

A principios del siglo XX se trasladó a Barcelona, donde desempeñó varios oficios y se distinguió como sindicalista. Fue encarcelado tras los alborotos del Teatro Condal, en 1907, y participó en la Semana Trágica de 1909.

Seguí fue uno de los impulsores del primer congreso de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), la organización anarcosindicalista más activa de la época. En 1917, promovió una huelga general indefinida, en colaboración con UGT, que se saldó con 70 muertes a manos de la patronal en toda España y que le costó varios meses de prisión. Su relevancia en el movimiento anarcosindicalista llegó en 1919, con motivo de la huelga de La Canadiense, en la que se logró el reconocimiento de la jornada de ocho horas. Murió asesinado en Barcelona en 1923.


Fuente : MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
LLEIDA