Un 25 de Noviembre, un año más, salimos a la calle para plantar cara a la violencia machista que sigue controlando, marcando y segando la vida de las mujeres -1 de cada 3 mujeres han sufrido alguna agresión.
Las leyes, así como declaraciones y recomendaciones por parte de los diferentes organismos estatales, europeos y mundiales sobre la igualdad entre hombres y mujeres y por la erradicación de la violencia se han sucedido a lo largo del siglo pasado pero la realidad va por otros derroteros.
En este planeta tierra sigue habiendo millones de soldados que violan sistemáticamente a las mujeres como medio para infligir daño al enemigo.
Siguen existiendo millones de proxenetas que trafican con mujeres privándolas de sus más elementales derechos. Sigue habiendo muchos países en los que se mutila a las niñas para impedirles el goce en las relaciones sexuales.
Sigue habiendo muchas culturas que impiden a las mujeres una mínima capacidad de decisión sobre sus vidas : salir solas a la calle, mantener relaciones afectivas o casarse con quien les plazca, tener hijos / as o no tenerlos, vestirse a su gusto, participar en la vida pública.
Un 25 de Noviembre, un año más, salimos a la calle para plantar cara a la violencia machista que sigue controlando, marcando y segando la vida de las mujeres -1 de cada 3 mujeres han sufrido alguna agresión.
Las leyes, así como declaraciones y recomendaciones por parte de los diferentes organismos estatales, europeos y mundiales sobre la igualdad entre hombres y mujeres y por la erradicación de la violencia se han sucedido a lo largo del siglo pasado pero la realidad va por otros derroteros.
En este planeta tierra sigue habiendo millones de soldados que violan sistemáticamente a las mujeres como medio para infligir daño al enemigo.
Siguen existiendo millones de proxenetas que trafican con mujeres privándolas de sus más elementales derechos.
Sigue habiendo muchos países en los que se mutila a las niñas para impedirles el goce en las relaciones sexuales.
Sigue habiendo muchas culturas que impiden a las mujeres una mínima capacidad de decisión sobre sus vidas : salir solas a la calle, mantener relaciones afectivas o casarse con quien les plazca, tener hijos / as o no tenerlos, vestirse a su gusto, participar en la vida pública.
Hay millones de hombres que agreden a las mujeres en los espacios públicos lo que provoca la auto limitación de las mujeres : No vamos por ciertos lugares a ciertas horas, cuidamos la forma de vestir, nos comportamos de determinada manera.
Hay millones de maridos o “compañeros sentimentales” que maltratan psicológica y físicamente a sus parejas, incluso las asesinan, en muchos caso cuando ellas han decidido poner fin a la tortura de los malos tratos -más de 80 en el estado español en lo que va de año- sigue vigente, al menos en el inconsciente, aquello de “la maté porque era mía”.
Hay millones de empresarios que se ceban en la explotación y discriminación de las mujeres, especialmente de las más vulnerables, inmigrantes, mujeres con discapacidad, jóvenes, transexuales, trabajadoras del hogar que no tienen derecho ni a pertenecer al Régimen General de la Seguridad Social : no las contratan por el hecho de ser mujeres independientemente de la formación que posean, o si lo hacen es con contratos basura, menor salario, menor promoción, las acosan sexualmente…
Sigue habiendo millones de hombres con actitudes machistas sutiles – el machismo descarado es políticamente incorrecto- que provocan situaciones también sutiles de violencia lo cual unido al escaso reparto del trabajo de cuidados incide en una menor participación de las mujeres en la vida publica, especialmente en puestos de responsabilidad.
Todos estos agresores y maltratadores no nacen, se hacen a través de la diferente socialización y educación que se da a niños y niñas, a través de los modelos sexistas que se reproducen en las familias, en la escuela, en las actividades de ocio, en los medios de comunicación, en esta sociedad de la globalización capitalista que provoca un aumento de las desigualdades y de la violencia estructural.
Contra este sistema patriarcal y capitalista que reparte dos papeles básicos : ricos y pobres y los roles de hombre y mujer, maltratando a cualquiera que cuestione o pretenda escapar de estas dualidades, tenemos que luchar si queremos erradicar la violencia en todas sus formas.
La ley Integral contra la violencia de género supone un paso adelante en esta lucha pero no es la solución. Presenta insuficiencias en el ámbito educativo, en el presupuestario y deja escaso margen a la actuación de las redes sociales de mujeres y de la sociedad en general.
La Constitución europea supone una regresión sobre los derechos y libertades conquistados por las movilizaciones de las mujeres : no garantiza a las mujeres el derecho a vivir sin violencia, a decidir sobre nuestras vidas.
En este mundo de violencia generalizada, la discriminación y el maltrato a las mujeres representa una de las formas más brutales de precariedad psicosocioafectiva en derechos y libertades, por ello exigimos a las instituciones que pongan en marcha todos los recursos educativos, sociales, económicos, sanitarios y legales, para erradicarla realmente.
Pero todo esto no es suficiente. Tenemos que repensarnos y transformarnos nosotros y nosotras mismas, demarcarnos de los maltratadores y de aquellas personas que minimizan, banalizan o ridiculizan el grave problema social que supone la violencia de género.
Uno de nuestros objetivos es y siempre será que las víctimas mortales de esta violencia no pase de 0. Si también es el tuyo tejamos redes con todas las personas, colectivos y organizaciones que luchamos por una transformación radical de esta sociedad, para acabar de una vez por todas con la violencia hacia las mujeres.