Madrid, 3 de noviembre. "Parece que la mayoría del pueblo estadunidense sufre una especie de proceso autista" que, al haber otorgado la victoria electoral a George W. Bush para su segundo mandato, tendrá consecuencias "trágicas" para el resto del mundo, señaló hoy el premio Nobel de Literatura portugués José Saramago, quien advirtió de que ahora debemos "prepararnos para aguantar dosis masivas de mentiras y engaños".

Dos miradas críticas de la intelectualidad y el pensamiento europeos, José Saramago y el también escritor Juan Goytisolo, expresaron a La Jornada sus primeras impresiones sobre las elecciones en Estados Unidos, cuando aún no se confirmaba el triunfo de Bush, posibilidad que entonces consideraron "grave amenaza para el planeta".

Madrid, 3 de noviembre. «Parece que la mayoría del pueblo estadunidense sufre una especie de proceso autista» que, al haber otorgado la victoria electoral a George W. Bush para su segundo mandato, tendrá consecuencias «trágicas» para el resto del mundo, señaló hoy el premio Nobel de Literatura portugués José Saramago, quien advirtió de que ahora debemos «prepararnos para aguantar dosis masivas de mentiras y engaños».

Dos miradas críticas de la intelectualidad y el pensamiento europeos, José Saramago y el también escritor Juan Goytisolo, expresaron a La Jornada sus primeras impresiones sobre las elecciones en Estados Unidos, cuando aún no se confirmaba el triunfo de Bush, posibilidad que entonces consideraron «grave amenaza para el planeta».

El autor de El ensayo sobre la ceguera presentó la edición en español de la biografía de Bush escrita por el periodista James Hatfield, El Nerón del siglo XXI : George W. Bush (Apóstrofe).

Con dejo de decepción y amargura, Sa-ramago señaló que «aunque se habla de fraude en estas elecciones, yo diría que toda la vida de Bush es un fraude. No hay más que ver con atención cada página de su vida para constatar que él mismo es un inmenso fraude. Y eso plantea un problema ético de dimensión tremenda, pero además permite llegar a una conclusión aterradora : se puede vivir en la mentira, gobernar en la mentira y hacer de la mentira el único medio o mé-todo de persuasión».

Agregó : «Lo que más me preocupa es el pueblo estadunidense, que seguramente no le importa nada mi opinión pues no ha leído nada de lo que se publicó en el mundo de la preocupación que teníamos sobre Bush, ni midió los riesgos de lo que estaba en juego en estas elecciones. Parece que una mayoría o una gran parte del pueblo sufre una especie de proceso autista, y eso sí me preocupa. Pues en el fondo no sólo Bush ganó, sino que además lo hizo con una diferencia enorme de votos populares».

Tras referirse a algunos de los hechos más oscuros de la política exterior de Estados Unidos, como el episodio de Bahía de Cochinos, la guerra de Vietnam o la ocupación unilateral de Irak, el Nobel portugués señaló que ahora, tras el apoyo del pueblo estadunidense, «Bush, que ha demostrado que se puede destruir con mentira, va a tener cuatro años más para seguir demostrándolo, pues no vamos a esperar que vaya a cambiar alguien que dice que ha tenido una especie de iluminación mística y que ahora se en-cuentra con las manos libres para hacer lo que quiera. Tenemos que prepararnos para aguantar dosis masivas de mentiras y engaños, más o menos sofisticados o burdos, pues él no sabe hacer otra cosa más que mentir y seguir mintiendo.»

Criticó la falta de «valentía» del candidato demócrata, John Kerry, sobre todo en cuestiones tan importante para el orbe y la legalidad internacional como el conflicto de Medio Oriente o las torturas sistemáticas que practican en Irak las tropas estadunidenses.

Saramago reconoció su preocupación por la política que adoptará Bush en los próximos cuatro años en América Latina, sobre todo ante la posibilidad de que intensifique el acoso contra Cuba y Venezuela, máxime cuando éste último es importante productor de petróleo. Si bien añadió que «a pesar de que Estados Unidos no renunciará nunca a la dominación de la otra América y es posible incluso que intente actuar, quizá lo que pueda dar un poco de respiro a estos países es el hecho que a Estados Unidos no le conviene abrir varios frentes de batalla al mismo tiempo, entre otras cosas porque, aunque parezca sorprendente, no tiene re-cursos, como se está demostrando en Irak».

Sobre el futuro de Naciones Unidas, Sa-ramago manifestó rotundo su convicción de que «si Bush no puede controlarla, entonces la destruirá», por lo que apeló de nuevo a una «regeneración ética y democrática», en la que son de vital importancia las escuelas, la educación y los medios de comunicación.

En entrevista telefónica, Juan Goytisolo señaló desde su casa en Marrakech que a pesar de que no le interesa la política interior de ningún país, los comicios en Estados Unidos «nos atañen a todos y no hay neutralidad posible».

El escritor catalán galardonado con el Premio Juan Rulfo mostró su escepticismo de que un triunfo de Kerry hubiera provocado cambios sustanciales en la política exterior de Washington : «La herencia que le hu-biera dejado Bush es tan desastrosa que in-cluso podría haber provocado que otros países, que se han manifestado contrarios a la política de Bush, se hubieran tenido que ad-herir al continuismo del demócrata».

Añadió que «la política de Estados Unidos y de Bush está conduciendo al mundo al desastre. Y su victoria electoral es el triunfo del unilateralismo total, pues resulta curioso ver que los únicos países que aprobaban la línea dura de Bush son Israel, por razones obvias, y la Rusia de Putin, donde también el autoritarismo y la lucha contra el terrorismo son la base fundamental de su discurso ideológico».

El novelista, poeta y ensayista que se exilió en Francia a mediados de la década de los 50 para huir de la dictadura de Francisco Franco, también se refirió a las posibles consecuencias que sufrirán los pueblos árabes, «sin duda los más afectados, pero no así algunos gobiernos de la región. Aunque no puedo predecir lo que va a pasar en Irak, creo que se han metido en una ciénaga de la que no van a salir».

Goytisolo se remontó a la historia reciente de Irak, al recordar «que los ingleses tardaron más de 10 años en imponer su mandato y tuvieron que emplear armas químicas, que luego atribuyeron a Sadam Hussein, para someter a la población. Además de que en Estados Unidos y en el gobierno de ese país hay invocaciones continuas a la divinidad, que son muy parecidas a las del islamismo radical, sin que con esto haga comparaciones, pues sólo digo que hay una cierta simetría en ambos discursos».

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

La Jornada