LOS ÁNGELES.- Agentes de Inmigración de EEUU han arrestado a Fernando Melgarejo, un ex jefe de seguridad de Augusto Pinochet, después de que un juez autorizase su deportación del país. Melgarejo, ex miembro de la policía nacional chilena, declaró ante un juez federal de Inmigración que fue testigo de la tortura de varios de sus compatriotas.
La Oficina de Servicios de Inmigración y Aduanas (ICE) ha explicado que Melgarejo, de 49 años, fue arrestado el domingo en su domicilio de Los Ángeles (California) sin oponer resistencia.
Su arresto se produjo después de que un juez de Inmigración en San Diego determinase que Melgarejo no reunía los requisitos para poder permanecer en Estados Unidos.
Durante su audiencia, Melgarejo confesó que estuvo presente en al menos cuatro ocasiones en las que «extremistas de izquierda» fueron torturados mediante el uso de choques eléctricos aplicados en sus pezones y genitales. Melgarejo, miembro de la policía nacional chilena durante 25 años, dijo a las autoridades que llegó a comandar una fuerza de entre 200 y 300 agentes policiales.
Un nombre no conocido
El ex jefe de seguridad chileno entró a Estados Unidos en 2000 con un visado de turista y fue arrestado por la Patrulla Fronteriza en mayo de 2003 cuando los agentes se percataron de que su documento había vencido. Desde entonces Melgarejo ha intentado evitar la deportación a Chile y no descarta la posibilidad de apelar el dictamen del juez de inmigración.
El portavoz de Pinochet, el general retirado Guillermo Garín, dijo que no recuerda el nombre de Melgarejo. El abogado chileno Hugo Gutiérrez, especializado en casos de abusos de derechos humanos y familiarizado con los funcionarios de seguridad de Pinochet, dijo también desconocer el nombre.
Según la Oficina de Servicios de Inmigración, una de sus prioridades es identificar y deportar del país a personas involucradas en violaciones de los derechos humanos. Informes de organizaciones no gubernamentales sugieren que en EEUU viven hasta 1.100 personas sospechosas de violaciones de los derechos humanos en sus países de origen.
EFE