LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M. El informe principal de la policía sobre los atentados del 11-M, elaborado por la Unidad Central de Inteligencia (UCI) de la Comisaría General de Información, prueba que las «las primeras líneas de investigación» abiertas «una vez recabados los primeros datos de urgencia en relación al atentado» conducían a Al Qaeda.
Los informes policiales sobre la masacre facilitados a la Comisión de Investigación del Congreso sólo hacen referencias marginales a ETA y a avisos ciudadanos sobre las sospechas que les infundieron vehículos con matrículas de Bilbao o personas de origen vasco hospedadas en Madrid. La autoría de ETA sólo era una hipótesis que fue desmontada por las pistas encontradas en los escenarios de la masacre.
El documento de la UCI describe las pesquisas entre el 11 y el 13 de marzo, sin la menor referencia a ETA, pese a lo cual, en las ruedas de prensa del entonces ministro del Interior, Ángel Acebes, de esos días, insistía en que la línea principal de investigación era ETA, tras ofrecer datos sobre las pesquisas. La UCI deja claro que una vez que se recabaron «las primeras líneas de investigación» se establecieron a partir del hallazgo de una furgoneta con restos de explosivos y una casete con versos coránicos.
Además, los dos primeros retratos robot elaborados en la mañana del día 12 con las declaraciones de víctimas del ataque ya apuntan a «un varón de raza blanca o posiblemente árabe». Los dos primeros dibujos se parecen sorprendentemente a los rostros de Jamal Zougam (preso) y Said Berraj (huido). El documento, de 150 páginas, de las que 57 explican todo lo que se hizo tras los atentados. Y de ETA no se dice ni el nombre. Éste es relato de las pesquisas.
LA FURGONETA ’CORÁNICA’
La primerísima pista
Es la famosa Renault Kangoo, matrícula 0576-BRX, cuyo robo fue denunciado el 28 de febrero. El informe relata cómo varios testigos vieron junto a ella «a tres individuos, cuyos rostros estaban ocultos por gorros y bufandas, manipular unas mochilas» y que posteriormente se dirigieron a la estación de Alcalá de Henares. Dos datos se destacan en el informe : el hallazgo de la cinta coránica «con inscripciones en árabe, introducida en el aparato reproductor» del vehículo -cuyo contenido «describe la batalla que libra el Islam contra sus adversarios»- y una bolsa con detonadores y restos de Goma 2. Esto se supo el día 11 por la tarde.
LA BOMBA DESACTIVADA
La clave de la investigación
Estaba en una mochila que fue desactivada en la madrugada del día 12 y dio la pista definitiva. Primero, porque contenía un tipo de explosivo y de detonadores idénticos a los de la furgoneta, procedentes todos de la cantera, se dice, Caolines de Merillés, sita en Tineo (Asturias). Segundo, el activador era un teléfono móvil Trium T-110, con dos cables conectados al despertador, de la misma manera que otros teléfonos intervenidos anteriormente a supuestos terroristas islamistas. Tercero, porque la mochila había sido comprada en Lavapiés en el comercio de un ciudadano chino, que estaba justo enfrente de la casa de Mohamed Chedadi (detenido y liberado) y cerca del locutorio de Jamal Zougam. Y cuarto, dio la clave de las tarjetas telefónicas prepago cuyo seguimiento desentrañó la trama.
REGISTRO DE LLAMADAS
_Unos coches vascos
Reflejan algunas gestiones policiales efectuadas el día 11, y han sido entregados a la comisión al margen del informe de la UCI. Un ciudadano comunicó sus sospechas tras haber visto tres coches con matrícula de Bilbao que iban en fila junto a la Facultad de Historia de la Universidad Complutense. Además, la empleada de un hotel relata que dos jóvenes de Vitoria habían dejado el establecimiento esa mañana, pidiendo que se cargara la factura a su empresa, que no existe, aunque el cobro puede hacerse «en una cuenta particular, sin conocer a los titulares».
PRIMERA REIVINDICACIÓN
Brigadas Abu Hafs el Masri
Es un correo electrónico enviado al diario londinense editado en árabe Al Quds Al Arabi el mismo día 11 y reivindica directamente los atentados para Al Qaeda. Inicialmente se dudó de su credibilidad, pero su análisis más completo vincula el comunicado «con Al Qaeda o con algunos de sus grupos asociados en todo el mundo, al menos por su identificación ideológica y/o estratégica». El informe desmenuza los motivos por los que los investigadores acaban inclinándose por darle crédito al comunicado.
LOS MÓVILES DELATORES
El rastro del Trium
La presencia en la bolsa del teléfono Trium es significativa. En la Operación Lago, de enero de 2003, se halló un teléfono de esa marca con «dos agujeros en la parte superior similares a los que se hallaron en la incautación de otros teléfonos celulares en anteriores operaciones policiales contra elementos radicales islámicos y que estaban destinados a ser utilizados como receptores de señal en la confección de artefactos explosivos», según otro documento aportado a la comisión. El aparato telefónico acabó llevando al locutorio Nuevo Mundo, de Jamal Zougam, lo mismo que las tarjetas prepago, ya que siete de ellas compradas por Zougam supuestamente fueron introducidas en las bombas.
LOS RETRATOS ROBOT
Otra pista árabe, el día 12
El día 12 por la mañana, dos agentes de la Sección de Antropología de la Brigada Provincial de Información elaboran sendos retratos robots con las declaraciones de dos testigos de los atentados, «quienes observaron actitudes sospechosas debido al nerviosismo de los individuos objeto de retrato y al hecho de que portaban mochilas que, en un momento dado, abandonaron en dicho vagón». El retrato llamado Madrid 3 hablan de un «varón de raza blanca o posiblemente árabe». Ambos tienen tez morena y ojos oscuros. Los retratos van en otro informe diferente al elaborado por la UCI.
PRIMERAS DETENCIONES
Cae Jamal Zougam
Los indios que vendieron las tarjetas acabaron confesando : el comprador había sido Jamal Zougam. Los agentes lo supieron el sábado por la mañana y a la hora de comer detuvieron a Zougam, Mohamed Bekkali y Mohamed Chaoui (ambos en libertad). De sus declaraciones no se pudo saber el destino de las tarjetas de la serie de la hallada en la bomba, pero dos datos incriminaron a Zougam : «Le reconocieron tres diferentes testigos como uno de los autores materiales de los atentados y en su poder, en el momento de su detención, le fue intervenido un teléfono marca Nokia, que portaba en su interior la tarjeta SIM 652.283.306», una de las 30 vendidas al locutorio «entre las que estaba la encontraba en el artefacto explosivo sin detonar».
EL VÍDEO DE LA M-30
Al Qaeda, sin duda alguna
Se recoge un vídeo sobre las 20.00 del día 13, grabado horas antes, en el que un enmascarado que habla en árabe clásico, que lee con poca soltura, con manos de dedicarse a uno oficio duro y que porta un subfusil Sterling 9 milímetros. El comunicante reivindica la masacre, de la que dice que es «sólo una pequeña muestra y un aviso» y amenaza con nuevos atentados. Junto a él hay dos hombres enmascarados y a sus espaldas hay una bandera verde con letras en árabe blancas. Los investigadores le dan credibilidad desde el primer momento, como lo dieron a reivindicaciones posteriores, una de ellas atribuida directamente a Osama Bin Laden. Un vídeo hallado más tarde en el piso de Leganés confirmó que los autores de la masacre eran todos islamistas radicales.
LA CASA DE CHINCHÓN
La base de los terroristas
Siempre se ha dicho que la casucha estaba en Morata de Tajuña, pero su ubicación exacta es finca número 2 del polígono 44 del término municipal de Chinchón, alquilada en enero de 2004. «La fecha del arrendamiento de la finca y las distintas reuniones celebradas allí ponen de manifiesto el hecho de que se trataba de una base de operaciones desde la que se dirigieron y planificaron los atentados del 11 de marzo, cuya ejecución había sido decidida con anterioridad a la mencionada fecha». El informe revela que esa casa, localizada por la policía el 25 de marzo, fue visitada por José Emilio Suárez Trashorras, el eje de la trama de los explosivos, de la mano de Jamal Ahmidan, uno de los suicidas de Leganés, y que en ellas se activaron las tarjetas de las bombas.
SE IBAN A GRANADA
Un chalé para un mes
Los terroristas habían alquilado un chalé en la calle de Hornillo de Albolote (Granada) por un mes por 800 euros. Sólo lo querían para usarlo del 6 de marzo al 6 de abril. Se localizó la casa, una vez más, por el seguimiento de los móviles. La UCI escribe : «Resulta sumamente extraño el hecho de que a pesar de haber sido alquilada por un mes finalmente los integrantes de la célula decidieran no ocuparla.» Por ello sospechan que iban a «trasladarse con el explosivo» a Granada «donde probablemente iban a seguir cometiendo atentados, si bien (…) cambian los planes y deciden no viajar».
EL SUICIDIO DE LEGANÉS
La base de más atentados
El piso de Leganés fue alquilado el 8 de marzo y, según un hermano y primo de los implicados, los terroristas «tenían intención de ocupar el piso por un periodo corto de tiempo, probablemente no superior a un mes, plazo necesario para cometer el resto de los atentados que tenían previstos». De hecho, se sabe que de esa casa partieron el 2 de abril con un Citroën C-3 para cometer el atentado fallido contra un tren AVE de la línea Madrid-Sevilla.
El 3 de abril, gracias al seguimiento de los móviles y las pesquisas en una agencia inmobiliaria, los agentes llegaron al número 40 de la calle de Martín Gaite de Leganés. «Poco después», dice la UCI, «logró averiguarse que en su interior se encontraba un número indeterminado de integrantes de la célula islamista que (…) tras saberse acorralados (…) efectuaron llamadas telefónicas, dirigidas a familiares y allegados suyos, en las que se despedían (dando a entender que se iban a suicidar) puesto que estaban en guerra santa, que eran felices porque pronto iban a estar con Alá y que pretendían hacer ’mucha sangre’. Poco más tarde, los terroristas provocaron una fuerte explosión», que mató a siete terroristas y al subinspector de los GEO Francisco Javier Torronteras. Los suicidas identificados son el Tunecino, el Chino, Abdennnabi Kounjaa, Anwar Asrih Rifaat y los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha.
En la casa había tres subfusiles, dos pistolas, 236 detonadores y casi medio centenar de kilos de dinamita Goma 2 ECO, además de la bandera usada como fondo en la reivindicación anterior, un vídeo con más amenazas, un ordenador, nueve móviles con tarjetas de la serie de las bombas, siete documentos de identidad y un listado de futuros atentados.
OTROS ATENTADOS
Un intento, tres objetivos
Entre los documentos intervenidos en Leganés se encuentra «varias referencias a potenciales objetivos terroristas de índole religioso, tales como : finca de recreo Massada, a 35 kilómetros de Madrid, dedicada a la organización de campamentos infantiles, seminarios y otras actividades a la que suelen acudir los domingos y festivos familias de origen judío ; calle de los Reyes Católicos, 22 (Ávila), en relación a una hospedería judía denominada Hospedería de la Sinagoga ; referencia al barrio residencial de La Moraleja, en Alcobendas [Madrid], dentro del que se ubica el colegio infantil británico Brains». Antes de ello, la UCI escribe que el 30 de marzo «empleados del servicio de seguridad de Renfe detectaron la presencia de cinco individuos sospechosos en el trazado de las vías del AVE Madrid-Lleida, al paso por la zona de Mercamadrid, quienes huyeron probablemente sin poder completar la colocación de lo que podría ser un artefacto explosivo».
LA FINANCIACIÓN
Coches, drogas y Goma 2
El Chino, al que se define como «el lugarteniente» del Tunecino tuvo el papel preponderante. Él fue el contacto con Suárez Trashorras (confidente policial), a quien, se dice, el suicida pagó por el material explosivo «en especie (droga y/o vehículos sustraídos». Las armas halladas en Leganés fueron supuestamente facilitadas al comando por Rafá Zuheir (confidente de la Guardia Civil) «gracias a sus contactos con la mafia búlgara en España». Los investigadores no descartan que esas armas «hubieran sido utilizadas en posteriores acciones» de la célula terrorista.
LOS HUIDOS
Seis en busca y captura
La policía busca a estas personas : Mohamed Belhadj, Mohamed Alfalah, Abdelmajid Bouchar, Hichan Ahmidan (detenido en Marruecos), Said Berraj (el mensajero, conectado directamente con dirigentes de Al Qaeda) y Daoud Uohname, cuyas huellas estaban en la Kangoo.
LOS DOS PRIMEROS SOSPECHOSOS, UN DÍA DESPUÉS DEL ATENTADO.
El 12 de marzo de 2004, un día después de los atentados en los trenes, dos policías elaboraron retratos robot de los autores de la masacre basándose en declaraciones de testigos que observaron actitudes sospechosas en dos individuos que llevaban mochilas y sobre los que informaron. En uno de los casos la definición era : «Varón de raza blanca o posiblemente árabe».
«VARÓN DE RAZA ÁRABE».
Dos semanas después del atentado, la policía siguió haciendo retratos robot de sospechosos basándose en distintos testimonios. En uno de los casos se hablaba de un «varón de raza árabe, tez blanca y pálida y cabello corto de color negro liso». En otro insistían en los datos antropométricos : «Varón de raza árabe, tez morena y curtida, ojos hundidos en la cavidad orbitaria y de color oscuro. Habla castellano con acento extranjero».