Pontevedra|La Confederación General del Trabajo protagonizó ayer una concentración ante el edificio de la Xunta para protestar por el reciente despido de una trabajadora que había pedido una reducción de jornada para poder cuidar a su hija de 13 meses.


Pontevedra|La Confederación General
del Trabajo protagonizó ayer
una concentración ante el edificio
de la Xunta para protestar por el reciente
despido de una trabajadora
que había pedido una reducción de
jornada para poder cuidar a su hija
de 13 meses.

Según denunciaron los sindicalistas,
este ejemplo de “represión laboral” se produjo en el grupo empresarial al que pertenecen ‘Lagares Ingeniería
S.L.’ y ‘Soloplan S.L.’. María José Torres es una mujer joven que
trabajaba para estas firmas, y durante
dos años tuvo contratos temporales,
hasta que la hicieron fija,
en base a su buen comportamiento
y su capacidad laboral.

Así desarrollo su cometido profesional
hasta que se quedó embarazada.
“Ese foi o comenzo do seu
particular calvario laboral”, añade
el sindicato. Aunque intentó que su
maternidad no afectase a su trabajo,
los horarios acabaron haciéndose
incompatibles, por lo que en
abril del pasado año solicitó la reducción
de jornada. “E aí se acabaron
as boas maneiras e o ‘bo rollito’
empresarial”.

La empresa se negó, de forma insistente,
a atender las peticiones de la
mujer. Pero ella fue aún más tozuda
y, gracias al respaldo sindical, llevó
su caso a la Inspección de Trabajo.
Al final, consiguió doblegar a la empresa,
y desde el mes de agosto de
2003 disfruta de la reducción de jornada,
lo que le permite atender a su
hija sin poner en más riesgos a su
propia salud.

“Pero a cobiza empresarial non ten
cancela, e comenzou a represión”,
explica la CGT. María José empezó a ser aislada de sus compañeros, se
le empezó a retirar trabajo e incluso
se le impidió el acceso a la oficina
una vez finalizado el trabajo de
campo. A finales del pasado mes de
abril fue despedida.

Tanto ‘Lagares Ingeniería S.L.’
como ‘Soloplan S.L.’ tienen en la
Consellería de Agricultura un importante
caudal de contrataciones,
por lo que el sindicato opina que
mientra la Administración mire
para otro lado, la empresa cree que
puede ser inmune a la presión sindical.
“O único que lle preocupa é que
non se estenda ese ‘vicio’ de reclamar
dereitos”, añade.

La CGT denunció el caso ante la
Consellería, pero no obtuvo ninguna
respuesta. De ahí que decidiesen iniciar
una ronda de movilizaciones
hasta lograr su objetivo : la readmisión
de María José y el reconocimiento
de la nulidad del despido.