La policía municipal de Reus (Baix Camp) ha recibido instrucciones del alcalde, Lluís Miquel Pérez (PSC), para que investigue la presencia de un grupo de jóvenes de estética skin e ideología nazi. En las últimas semanas han aparecido panfletos y pintadas en la ciudad con mensajes como Lucha con nosotros para conseguir una gran España blanca y pura, y Necesitamos tu ayuda para limpiar España, firmadas por el Partido Contra la Inmigración.
Al tiempo, la sección reusense del sindicato CGT ha denunciado que un grupo de 15 jóvenes con símbolos nazis amenazaron a varias personas y persiguieron con barras de hierro a un inmigrante durante las fiestas del barrio del Carrilet, el fin de semana pasado.
«Iremos siguiendo sus pasos», dijo ayer en rueda de prensa el alcalde, Lluís Miquel Pérez, quien matizó que «no existe ninguna célula reusense [de bandas de neonazis]», pero aseguró haber visto él mismo a este grupo, que podría estar vinculado con bandas de otros puntos de Cataluña a través de una página web. Una de las hipótesis que baraja la policía municipal es que este grupo neonazi se desplazara a Reus desde otra ciudad catalana con motivo de las fiestas del barrio del Carrilet. Precisamente, la asociación de vecinos de este barrio convocó una manifestación contra la ubicación de una mezquita a principios de año, tras la cual el Ayuntamiento y la comunidad musulmana reusense acordaron emplazar el centro religioso en un polígono industrial en las afueras de la ciudad.
Sin antecedentes
Pese a que en las asambleas vecinales contra la mezquita se pronunciaron proclamas xenófobas y aparecieron carteles de partidos ultraderechistas, nunca había surgido en Reus un grupo de personas que causara disturbios durante la polémica por la instalación de una mezquita en la ciudad. Incluso todos los partidos con representación municipal sellaron un acuerdo antes de las últimas elecciones municipales para no hacer del tema de la inmigración un arma política.
Ayer, fuentes municipales minimizaban el suceso y hablaban de «siete u ocho personas» y de que no se había «detectado ninguna incidencia en el orden público». Sin embargo, según estas fuentes, el alcalde ha dado «las instrucciones oportunas a la policía local». La CGT insiste en que fueron una quincena de personas las que, en actitud amenazante, intimidaron a varias personas durante las fiestas del barrio del Carrilet.