Las huelgas «generales e indefinidas», aquì son muy utilizadas como amenaza
para forzar negociaciones al gobierno, o bien por motivos de polìticas
internas en el seno de la central obrera
El plenario de Huanuni (ciudad minera de Oruro) decidiò continuar adelante con sus reclamos y su plan de acciòn ya trazado en el ùltimo ampliado ; esto, especialmente sensibilizado por la inmolaciòn de un minero en el Parlamento que se hizo volar con dinamita, reclamando sus derechos jubilatorios, expoliados por la ley de jubilaciones y pensiones. Jaime Soalres, es un ex – hombre del ùltimo dictador militar Garcìa Mesa,
seriamente custionado por las bases, que se impuso como lìder de una
entonces moribunda COB en una cuestionada elecciòn y con el apoyo del ex –
presidente Gonzalo Sanchez de Losada y de otros partidos polìticos. Es vox populi que Solares està màs cerca de la embajada de EEUU y de sus
planes de desetabilizaciòn de la democracia, que nos arrastrarìan a una
salida dictatorial, que de las asambleas de la COB.
Las huelgas «generales e indefinidas», aquì son muy utilizadas como amenaza
para forzar negociaciones al gobierno, o bien por motivos de polìticas
internas en el seno de la central obrera. Este llamado a huelga general e
indefinida tiene màs que ver con una postura de las bases mineras y que
Solares aprovecha para «mejorar» su imagen.
Su capacidad de convocatoria quedò en serio entredicho durante su ùltima
manifestaciòn : a una de ellas acudieron 40 personas. la segunda fue màs
exitosa : unas 1000 personas (casi todos dirigentes, buròcratas sindicales y
familiares) que fueron dispersadas por la propia gente de La Paz
(trabajadores incluìdos).
los cuestionamientos a Solares no provienen del MAS (o no solo provienen del
MAS) sino de las propias bases y sectores trabajadores, como lo demuestran
sus nulas convocatorias.
la lecciòn de Octubre de 2003 que los viejops caudillos (obreros y
polìticos) no quieren leer es que Octubre fue una acciòn espontànea de la
gente : nadie los convocò : la gente saliò por su bronca y su indignaciòn. los
propios mineros de Huanuni, habìan resuelto apoyar a los indìgenas, sin que
hubiera siquiera dado la cara Solares.
Por lo demàs, es cierto que el MAS se ha transformado en un aliado del
gobierno, a partir de sus intereses polìticos (llegar a las elecciones
municipales de fin de año) y de saber que la caìda de este gobierno es la
puerta a una nueva dictadura militar o cìvico – militar en Bolivia. No son los lìderes de organizaciones populares que posan para los medios del
exterior (en busca del dinero de la cooperaciòn internacional para provecho
propio, como ya lo han hecho otras veces), quienes estàn marcando el pulso
polìtico, sino organizaciones indìgenas que sin tanta prensa, han llevado a
interpelaciòn a petroleras, Jardines Botànicos biopiratas, compañìas
mineras, etc. y la gente (el hombre comùn) no afiliado a ninguna
organizaciòn pero protagonista de las jornadas de octubre y que hasta ahora
le presta un inusitado apoyo del 70% al actual presidente (que no al
gobierno, segùn alguna encuesta semiconfiable).
por cierto que si la huelga se desarrollara, muy probablemente estarìa
acompañada de bloqueos de caminos por parte de los campesinos del altiplano.
sin embargo, sin haber garantizado el abastecimiento de los mercados
populares de las ciudades, provocarìan una disparada de precios de la
canasta familiar que generarìa el rechazo de una amplia franja de sectores. Por cierto que los mineros recuperaron su antigua fuerza, a partir del alza
de los precios internacionales que ha llevado a reabrir viejas minas y
captar otra vez mano de obra, con lo que la fuerza minera es hoy de unos
12.000 trabajadores (frente a los 30.000 de los tiempos de apogeo de la
COB), cifra nada despreciable, pero de allì a lograr la adhesiòn de otros
sectores o del resto de la sociedad, parece bastante improbable, excepciòn
hecha de los maestros y los empresarios del transporte, que no de los
choferes (donde hay varios compañeros), abandonados en sus reclamos por
Solares y su directiva.
Par : SECRETARÍA RELACIONES INTERNACIONALES CGT