Maltrato físico al que se sumaba el psicológico, pues la burla y la humillación eran el pan nuestro de cada día.
Mi estancia en el mismo se remonta a los años setenta. La imagen indeleble que tengo grabada en mi retina es la somanta de leches que día sí día también recibíamos de nuestros «profesores» en ese «Colegio».
Maltrato físico al que se sumaba el psicológico, pues la burla y la humillación eran el pan nuestro de cada día.
En aquellos años el «Colegio» San Antonio de Padua de Cáceres era referente en la aplicación del método «educativo» conocido como la letra con sangre entra. No estaría nada mal que los antiguos ex-alumnos que padecimos en el «Colegio» San Antonio de Padua de Cáceres los rigores de su método «educativo» nos animáramos a contar alto y claro lo que allí sufrimos y que nos marcó por vida, fundamentalmente para evitar que en el presente las escenas de malos tratos se repitan en el ámbito educativo, pues como expresa acertadamente el dicho, aquellos pueblos que olvidan su historia se condenan a repetirla. No puedo más que agradecer desde estas líneas a Pedro Almodóvar su enorme contribución a desvelar la verdad (y que ha hecho justicia a muchos), encerrada entre los muros del «Colegio» San Antonio de Padua de Cáceres con su película «La mala educación».
marzo de 2004-
Fdo. : Javier Caso Iglesias.
Par : CGT PLASENCIA