El calentamiento global amenaza las selvas tropicales que atraen humedad de las nubes hacia la tierra para proveer de agua a millones de seres humanos en África y América Latina, dijeron científicos de las Naciones Unidas en un estudio difundido el lunes 9 de febrero.
Los bosques húmedos en la zonas ecuatorial y subecuatorial de América Latina, África y Asia suman el 2,5 por ciento (400.000 kilómetros cuadrados) de los bosques tropicales de todo el mundo, pero los beneficios de esos importantes bosques se sienten más allá de esos límites geográficos.
El abastecimiento de agua limpia y segura de estos bosques en el Parque Nacional La Tigra de Honduras, satisface la demanda del 40 por ciento del vital líquido de la capital Tegucigalpa, dijo el informe «Agenda de los bosques húmedos».
Las capitales de Ecuador, México y Tanzania son otras de las ciudades que consumen agua de bosques húmedos. Sin embargo, estos bosques pueden desaparecer por una serie de factores adversos, dijeron los científicos al comentar en su informe el calentamiento global creado por los gases de efecto invernadero.
«La característica única de estos bosques es que pueden capturar humedad de la condensación de las nubes, y esto los hace muy sensibles a los cambios climáticos», dijo Philip Bubb, uno de los coautores del informe.
El riesgo es doble porque la desaparición de estos bosques plantea la desaparición de los suministros de agua y la de decenas de especies que habitan en esos lugares. Otros riesgos son la extendida práctica de talar los bosques para crear granjas, los incendios forestales, la construcción de carreteras y la introducción de especies de otras regiones del mundo.
Los efectos combinados de estos riesgos pueden significar la pérdida de muchas especies de mamíferos, aves y anfibios, dijo el informe, difundido el día en que más de 2.000 delegados iniciaron un encuentro auspiciado por la ONU llamado séptima conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
Los oficiales y expertos discuten desde ayer 10 de febrero en Kuala Lumpur, capital de Malasia, formas de desacelerar el ritmo de la pérdida de especies, reducir el calentamiento global y promover mayores áreas de protección de bosques, sistemas fluviales, océanos y montañas. Al inaugurar la reunión, Klaus Toepfer, jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dijo que los esfuerzos para frenar la desaparición de especies deben ir de la mano con el combate a la pobreza.