TOLEDO, 10 Feb. (EUROPA PRESS).- La Confederación General del Trabajo (CGT) en Samnmina-SCI denunció hoy que la venta-transmisión de la empresa «en ningún momento tiene que servir para despedir trabajadores», tal y como reconocen los Tribunales en estos supuestos, que defienden que la venta, o subrogación, no puede ser la causa de una intención extintiva de contratos o pérdidas de plantillas.
En nota de prensa, el sidicato señaló que cuando se produjo la venta de la empresa conocían el sobredimensionamiento de la capacidad productiva y elevados costes de producción, y alegaron que existen motivos ocultos que no aparecen en el contrato de compraventa y que las partes conocían de antemano las consecuencias que contraía dicha compraventa, lo que supone «un claro incumplimiento» del artículo 44,9, que, de demostrarse, podría declarar la venta como ilícita.
CGT alega que de la lectura del Informe de los Auditores, del que se desprende la sostenibilidad total a la Sociedad Sanmina-SCI por parte de Alcatel, se llega a la conclusión posible de que los argumentos de infrautilización de la capacidad productiva, la no viabilidad del negocio y la no competitividad en el mercado de las telecomunicaciones por sobredimensionamiento de costes, «es falsa y construida con objetivos no sólo espurios sino no lícitos»
Las pérdidas de 12,4 millones de euros del ejercicio 2002 y justificadas para el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado, están imputadas a todo el año, lo cual es real, pero en su Informe motivador del Expediente, Sanmina no hace el ejercicio contable de saber qué parte de esas pérdidas son imputables al segundo semestre de este ejercicio, con lo cual el dato que se suministra es sesgado, parcial y manipulador de la realidad, afirma el sindicato.
Desde CGT critican que la empresa esté alegando razones económicas para desarrollar el ERE cuando la adquisición a Alcatel España S.A. de la planta de fabricación de Toledo se realizó con una plantilla ajustada y saneada, con más que suficiente capacidad productiva, un mercado cierto al menos durante los dos primeros años que garantizan la sostenibilidad, y unos costes unitarios por unidad de producto muy competitivos.
Por último, el sindicato asegura comprender el despido del delegado sindical Francisco Fernández con el objetivo de anular lo máximo posible a CGT en la negociación del expediente, y al mismo tiempo «meter miedo a los trabajadores demostrando que si podía despedir a un delegado sindical, más fácil lo tendría con cualquier trabajador».