Renfe podría soportar una huelga de 24 horas antes de la próxima Semana Santa, si los sindicatos de la empresa llevan hasta el último extremo las movilizaciones anunciadas en protesta por la forma en que el Gobierno desarrolla la primera fase de la liberalización del sector ferroviario, que entrará en vigor el próximo 18 de mayo.
Dicho paro sería sólo la culminación a casi dos meses de distintas medidas de presión que UGT y CC. OO. plantearon ayer en el seno del comité de empresa de la sociedad que preside Miguel Corsini, que en principio fueron bien recibidas por la CGT y el Sindicato de Maquinistas (Semaf), junto a las que emitirán un comunicado conjunto en las próximas horas.
Por el momento, la labor de los sindicatos será sobre todo informativa, tanto de cara al público (al que se repartirán folletos informativos donde se explica su postura ante el futuro de la compañía) como dentro de la propia Renfe, donde habrá reuniones de los distintos delegados sindicales y concentraciones ante el Ministerio de Fomento, la primera el próximo día 13. El argumento de estas protestas se halla en su « preocupación » por el futuro de la empresa pública, sobre todo por la cuestión de su deuda.