Según informa la prensa, la jerarquía católica ha presentado en Madrid el documento Directorio de la pastoral familiar de la Iglesia en España, en el que se vuelve a arremeter contra los derechos de gays y lesbianas y se asegura que la profunda crisis que atraviesa la institución tradicional familiar la tiene la revolución sexual que ha separado la sexualidad del matrimonio, de la procreación, del amor (…) y cuyos frutos amargos son : la violencia doméstica, los abusos sexuales y los hijos sin hogar.

Según informa la prensa, la jerarquía católica ha presentado en Madrid el documento Directorio de la pastoral familiar de la Iglesia en España, en el que se vuelve a arremeter contra los derechos de gays y lesbianas y se asegura que la profunda crisis que atraviesa la institución tradicional familiar la tiene la revolución sexual que ha separado la sexualidad del matrimonio, de la procreación, del amor (…) y cuyos frutos amargos son : la violencia doméstica, los abusos sexuales y los hijos sin hogar.

La desfachatez de que hacen gala los obispos parece no tener límite. Su defensa de la institución tradicional familiar y la identificación de la violencia contra las mujeres con la todavía muy escasa democratización de las relaciones familiares, que distan mucho de haber llegado a ser igualitarias, es un claro exponente de un pensamiento profundamente reaccionario. ¿De qué familia tradicional nos hablan ? ¿De aquella en la que las mujeres debían obediencia a sus maridos ? ¿De sus consejos en el confesionario para que las mujeres aguantaran pacientemente los malos tratos de sus esposos (hasta que la muerte las separase) ? Si algo puede decirse de la denominada familia tradicional es que ha sido una institución machista en la que la violencia hacia las mujeres estaba naturalizada y en la que los malos tratos y las agresiones sexuales (disfrazadas de “débito conyugal”) se producían sin ninguna posibilidad de defensa por parte de las víctimas.

La violencia contra las mujeres sólo puede explicarse buscando sus raíces en una organización social que impone a las mujeres la subordinación a los hombres, algo a lo que la Iglesia Católica ha contribuido con una enorme generosidad. Ya que el obispo de Castellón se refirió a San Pablo en la presentación de este documento, no nos resignamos a hacer lo mismo y a recordar algunas citas que son un claro exponente de misoginia :

La mujer aprenda en silencio, con plena sumisión. No consiento que la mujer enseñe ni domine al marido, sino que se mantenga en silencio, pues el primero fue formado Adán, después Eva, que seducida incurrió en la transgresión (Carta a Timoteo).

Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia (…) así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. (Carta a los Efesos)

Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones ; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.
Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos ; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación. (Carta a los Corintios)

En cuanto a la denominada revolución sexual parece que existe una confusión generalizada en los medios católicos más integristas sobre el significado de la libertad sexual. Hace pocos días Manuel Fraga llamaba hipócritas a las personas que defendían el amor libre y luego ponían el grito en el cielo porque se había producido un caso de abusos sexuales a una mujer. Hoy, el obispo de Castellón identifica, de nuevo, la libertad sexual con los abusos sexuales. Parece que su visión del sexo como algo siniestro y pecaminoso no les permite entender que el fundamento de la libertad sexual es, precisamente, el respeto a la libertad propia y ajena para decidir si se quiere mantener o no cualquier relación de ese tipo. Quizá es su defensa a ultranza de la represión sexual lo que alienta este tipo de identificaciones.

Sira del Río


Par : Sira del Río