El viernes 11 de agosto, una amplia gama de grupos de extrema derecha de todo Estados Unidos se reunieron en Charlottesville, Virginia para realizar una marcha previa a su reunión “Unite the Right” convocada para el día siguiente. Cientos de ellos desfilaron por toda la ciudad llevando antorchas encendidas ante una tímida y poco visible presencia policial. Las calles se encontraban en gran medida vacías, gracias a una petición del gobernador de Virginia, Terry McAuliffe, quien pidió a la población no salir de sus hogares para evitar problemas. Cuando la marcha llegó a una estatua confederada cercada por unas docenas de estudiantes universitarios antifascistas que se oponían a la movilización de extrema derecha, los fascistas, portando sus antorchas encendidas, los rodearon y atacaron.