La abstención activa es un medio, no es el fin: Las elecciones generales, ceremonia burguesa bendecida por el poder.-

Después del 20 de noviembre la CGT seguiremos trabajando unitariamente para preparar la huelga general que se merecerá quien tome el gobierno, con quienes han estado contra los recortes de la sanidad, educación, las pensiones, M15M,.. y poco me importará si han votado o no en las elecciones.

Las
elecciones generales, ceremonia burguesa bendecida por el poder.


Las
elecciones generales, ceremonia burguesa bendecida por el poder.

El próximo
domingo se celebrarán elecciones generales para el Parlamento y el
Senado del reino de España, están llamados todos los mayores de
18 años a participar en una ceremonia

electoral, que durante cuarenta años fue prohibida por una dictadura
que destrozó de cuajo las aspiraciones democráticas de una España
republicana, República que era apoyada por la mayoría de la
población.

Democracia
quiere decir
“poder
del pueblo”,

actualmente se ha tergiversado tanto la prosa, que en la situación
actual, escuchar a los políticos del bipartidismo hablar de
democracia, especialmente a los herederos franquistas, es un escarnio
y un insulto a la inteligencia, además de reírse de quienes dieron
su vida por la democracia.

Como también
se tergiversa la palabra
Política,
que es la
disciplina que versa sobre el gobierno de las sociedades

y Aristóteles la consideraba la primera y más importante de todas
las ciencias, al estar el individuo asociado en la “polis”
(ciudad), y que en muchos escritos ácratas se tergiversa hasta el
extremo de afirmar que los anarcosindicalistas no somos políticos,
naturalmente que no queremos vivir de la política ni ser
profesionales de ella, pero queremos un gobierno de la sociedad
autogestionario, libertario, internacionalista, y por ello queremos
ser socialistas utópicos.

Nuestros
antepasados ideólogos libertarios ya definieron bien el origen y las
consecuencias del
parlamentarismo
burgués, muchas de las razones esgrimidas son actualmente vigentes,
así lo testifican los casos de corrupción, abuso de poder,
políticas del pelotazo, la transición franquista, el clientelismo,
la justicia al servicio del poder, las reformas laborales y
expedientes de regulación de empleo,…. todo ello evidencian que el
poder corrompe y son pocos quienes se escapan, de esta digamos
enfermedad muy común.

El domingo
20 de noviembre los que vayan a votar legitimarán al siguiente
gobierno, que aplicará más recortes sociales y no solucionará el
paro, pruebas ha habido que lo escrito en los programas de las
organizaciones, aunque poco sea leído por los votantes,
mucho
menos se aplica
,
están llenos estos programas de generalidades y ambigüedades que no
comprometen a quienes las dicen defender cuando lleguen a mandar.

Es una
redundancia, pero no está de más decir, que en los Parlamentos y
Senados no se dictan las líneas maestras de las medidas a aplicar,
las grandes fortunas, las corporaciones transnacionales y las más
importantes firmas financieras
son
quienes verdaderamente marcan y dictan las líneas para someter a la
sociedad las políticas que les servirán para sacar mayores
beneficios económicos.

Esta circunstancia no exime de responsabilidad a quienes prometen lo
que no pueden cumplir, así ha sucedido en Catalunya con el gobierno
de Artur Más que ha necesitado el apoyo de la popular Alicia Sánchez
Camacho del Partido popular para recortar la sanidad, o en el Madrid
de esperanza Aguirre, que aún perdura la lucha de los trabajadoras
de la enseñanza.

Una
situación peculiar, que deberíamos tener en cuenta, es que en la
mayoría de las listas electorales de los partidos que se presentan,
especialmente de los mayoritarios, es notoria la ausencia de
trabajadores, abundando los trabajadores/as de profesionales
liberales, licenciados economistas, ¡pero qué pocas listas dan
cabida a trabajadoras y trabajadores de empresas!, a personas que
sufren en carne propia las políticas que dictan y acuerdan “los
mercados” y multinacionales.

Porque no
creemos en la política de delegación, porque sabemos que la
participación activa y crítica al sistema capitalista le hace daño
al poder, porque organizándonos las trabajadoras y trabajadores en
sindicatos aumentamos nuestra fuerza, por estas razo nes y porque no
queremos colaborar con esta farsa acordamos por la abstención
activa.

Nuestra
opción abstencionista está cargada de razones y propuestas
políticas, a parte de nosotros y pocos más, no hay organización
sindical en España que haya abordado tan profundamente y de forma
precisa todas las reformas, declaraciones de gobierno, oposición y
patronales. Siempre a los anarcosindicalistas la gestión del bien
común nos ha preocupado, y es más, es una de las bases para
oponernos a la delegación de los profesionales de la política de la
“cosa pública”; por ello nuestros antepasados, la CNT de la cual
nos decimos herederos, tanto pidieron la abstención en comicios
durante la IIª República, como llamaron al voto al Frente Popular,
la situación histórica imperó sobre la pureza ideológica, eran
otros tiempos ya muy lejanos.

También
sabemos que no todos los políticos son iguales, decir que son todos
corruptos es entrar en una generalidad que da pie al insulto estéril
y al análisis superficial, del que debemos huir los libertarios;
nadie sabe si necesitaremos de los políticos que consideremos
incorruptos, para poder conseguir nuestros fines. Ya hay precedentes
en la historia y cuando más auge tuvo el movimiento anarquista, se
demostró que cuando lo importante es resaltar lo que nos une y dejar
a un lado lo que nos separa, las y los trabajadores avanzamos ante la
reacción.

Después
del 20N,
trabajamos
hacia la Huelga General.

Pero sería
de ilusos creer que todas las personas que no voten ese domingo,
están oponiéndose
al
sistema capitalista y al quehacer de los políticos en los últimos
años. Aún más si analizamos que el movimiento obrero que tratamos
de construir la CGT y otros, está aún en la fase de crecimiento
que podríamos decir de gestación, de minúsculos embriones en
empresas y nula presencia en muchos sectores, y de débil respuesta a
las agresiones del capitalismo.

La
valoración de la abstención activa debería contabilizar los votos
nulos y en blanco, personas que han desoído nuestro mensaje pero que
deberemos tener respeto a su voluntad, (como el resto de votantes),
porque muestran su descontento con el sistema que se nos ofrece. Así
mismo deberíamos de huir de culpabilizar a quienes han ido a votar,
incluso a una opción minoritaria y anticapitalista, estos últimos
sabiendo de antemano que no tendrán representación parlamentaria;
deberíamos comprender a estos votantes que ante los recortes, que
todas y todos sabemos que se van a aplicar, muchos estarán con
nosotros en la calle, algunos en el sindicato y en el trabajo,
protestando y
movilizándose
.

Después del
20 de noviembre la CGT seguiremos trabajando unitariamente para
preparar la huelga general que se merecerá quien tome el gobierno,
con quienes han estado
contra
los recortes de la sanidad, educación, las pensiones, M15M,.. y
poco me importará si han votado o no en las elecciones.

Bruno
Valtueña Sánchez
(afiliado al Sindicato del Metal del Baix
Ll
obregat)


Fuente: Bruno Valtueña Sánchez