Cuando volvimos a la “Nueva Normalidad” muchos éramos conscientes de que la situación a la que se llegó en el mes de marzo podía volverse a repetir, aunque estimábamos que se iba a demorar un poco más de tiempo. Sin embargo la situación parece que nos desborda y muchos son ya los que auguran un nuevo confinamiento más pronto que tarde.

Y en todo este tiempo ¿Qué se ha hecho en la Administración General del Estado  para adaptarnos a esta nueva situación que parece va a llegar inexorablemente?: Lamentablemente, POCO O NADA.

El teletrabajo que en algunos Ministerios era otorgado graciosamente por los responsables de distintas unidades administrativas a quienes consideraban conveniente, sin publicación de los criterios y motivos de su otorgamiento, continua desarrollándose en la mayoría de los casos, con las mismas personas y circunstancias.

Y en todo este tiempo ¿Qué se ha hecho en la Administración General del Estado  para adaptarnos a esta nueva situación que parece va a llegar inexorablemente?: Lamentablemente, POCO O NADA.

El teletrabajo que en algunos Ministerios era otorgado graciosamente por los responsables de distintas unidades administrativas a quienes consideraban conveniente, sin publicación de los criterios y motivos de su otorgamiento, continua desarrollándose en la mayoría de los casos, con las mismas personas y circunstancias.

Por otro lado y fruto de los acuerdos obtenidos  en el seno de la Mesa General de Negociación de la AGE se dictaron sendas Resoluciones que pretendían de alguna manera servir de base para la organización del trabajo en la AGE, en este nuevo periodo:

A pesar de poder parecer insuperables la inconcreción y falta de objetividad y claridad en la exposición de las modalidades de trabajo que se diseñaban en la Resolución del Secretario de Estado, las resoluciones que se venían dando en los distintos ministerios las sobrepasaban con creces, dejando en la mayoría de los casos la determinación de los días y horarios en los que los y las empleadas públicas debían prestar sus servicios al albur del responsable de la unidad correspondiente, sin establecer unos mecanismos concretos y objetivos que pudieran determinar las jornadas y horarios del personal a su cargo.

Como consecuencia de lo anterior la reincorporación de manera presencial se ha hecho, en la mayoría de los casos en contra de la voluntad del compañero o compañera, a quienes se ha obligado a reincorporarse a su centro de trabajo de manera presencial, cuando meses antes se elogiaba el trabajo que venían haciendo de manera no presencial. En ese momento, las personas responsables de la AGE, que ahora demandaban un mayor presentismo, olvidaron que en el mes de marzo, la inmensa mayoría de las y los empleados públicos, pusieron todos los medios a su alcance e incluso de los que no disponían, para poder seguir haciendo el trabajo que venían haciendo en el centro de trabajo por responsabilidad y porque la situación así lo requería.

Han pasado unos 5 meses y en la AGE poco o nada se ha hecho para adaptar los puestos de trabajo y los medios, para cuando se reproduzca una nueva situación de emergencia sanitaria que haga necesario un nuevo confinamiento y todas y todos tenemos presente lo que se nos ha demandado y lo que se nos ha concedido.

… Arrieros somos ….