Opinión, portada04, Religion01 ·
Dario Fo · 05.03.2007
Si pienso en Giulio Andreotti y en Clemente Mastella, en su disfraz hilarante de centinelas de la moralidad, me viene a la cabeza la comicidad americana de hace cincuenta años, el gordo y el flaco. ¿Y qué deberían hacer estos guardianes del presunto sentido común del pudor ? Pues es obvio : vigilar para que no se concedan espacios y derechos a los homosexuales o a las parejas de hecho. Mala señal, esta irrupción obscurantista y clerical en la política. En lo inmediato, se ha confirmado que los dos desventurados senadores [comunistas] que se negaron a votar [con el gobierno de centroizquierda] sin valorar a fondo las consecuencias, han sido luego usados como chivos expiatorios de la minicrisis de gobierno. En cambio, es evidente para todos que la caída del gobierno ha venido precipitada por intereses muy distintos y por obra de algunos senadores vitalicios. Desde que tengo memoria, me traen a maltraer los obscurantismos de Andreotti ; Franca Rame y yo los recordamos bien. Si por él fuera, estoy seguro de que sobre los gays imperaría todavía la censura. Es culpa de la escuela de que procede. Son posiciones clericales, no católicas, las que expresa.