
En Italia, las condiciones de vida de las clases trabajadoras durante años han empeorado considerablemente en términos de ingresos, y no sólo como resultado de la última crisis. Ha disminuido la protección social, como así también la estabilidad laboral y el poder de negociación de la clase obrera. La pobreza ha aumentado y se ha acrecentado la brecha entre ricos y pobres. Además, a diferencia de otros países capitalistas avanzados, en Italia no ha habido una recuperación real, con un PBI aún más bajo que los niveles anteriores a la crisis. La larga crisis económica que afecta sobre todo a los trabajadores, ha producido una ampliación en la brecha entre el centro-norte y el sur de Italia respectivamente, en términos de ingresos, empleo y asistencia social, y también ha ampliado las desigualdades territoriales. En el Sur, el desempleo es particularmente grave, pero sigue siendo alto también en el Norte, donde persiste la precariedad laboral y retributiva.
Los gobiernos sucesores a la crisis económica mencionada ut-supra, han eliminado todas las reglas que garantizaban los derechos adquiridos de los trabajadores, que habían conquistado durante arduas décadas de lucha, y consecuentemente han liberado el mercado laboral precarizando las condiciones de millones de trabajadores, especialmente los jóvenes, que ven un grave deterioro en comparación a las generaciones que los precedieron.
El nuevo gobierno "populista" no ha cambiado el contenido de las leyes de precarización laboral existentes. Para los desocupados y los sectores más vulnerables de la sociedad que siguen en constante aumento, el gobierno les está preparando un "reddito di cittadinanza", el cual se inspira en el alemán "Hartz 4", y excluye a los inmigrantes con menos de 10 años de residencia permanente en Italia. Han lanzado un "decreto de seguridad" que afecta y penaliza severamente los piquetes y las ocupaciones de las casas por necesidad, y suprime la protección humanitaria para los solicitantes de asilo político, aumentando así los inmigrantes ilegales obligados a trabajar informalmente, en condiciones esclavistas, en beneficio de la patronal, a quienes el Gobierno les promete recortes fiscales y una clara evasión de derechos de la misma índole.
Los sindicatos "oficiales" han renunciado durante años al uso del arma de la huelga, dejando en una situación de desamparo a los trabajadores que están sufriendo cada vez más ataques de jefes en el lugar de trabajo y, a menudo, caen en la trampa racista de ver al enemigo en los inmigrantes. En este contexto, la huelga general se está construyendo para poner a la clase trabajadora nuevamente en el centro de la atención, la cual tiene que volver a ser protagonista para el progreso social persiguiendo como objetivos primordiales: la lucha por los salarios; la reducción del horario de trabajo con igual remuneración para reducir el desempleo; la defensa del bienestar social; la democracia sindical contra el monopolio de los sindicatos afines al gobierno; la defensa del derecho de huelga; la igualdad de derechos civiles y sociales para los inmigrantes y la unidad de la clase trabajadora contra el racismo, la xenofobia, contra la guerra y las misiones militares.
Red Sindical Internacional de Solidaridad y Lucha
Comentarios
Los comentarios anónimos están moderados, por lo que no se garantiza su publicación, sólo los usuarios registrados podrán comentar sin moderación.
La redacción del Rojo y Negro no se hace responsable de los comentarios vertidos, al tiempo que se reserva la eliminación de los comentarios de carácter sexista, racista, autoritario, o arbitrariamente insultantes hace personas concretas, así como el bloqueo del usuario que de forma reiterada no respete estos límites.
Enviar un comentario nuevo