El carismático Robín Hood se dice que le quitaba el dinero a los ricos para dárselo a los pobres. Pues si ello es verdad, Esperanza Aguirre, presidenta pepera en la Comunidad de Madrid, hace todo lo contrario. El dinero recaudado a  los pobres  se lo da a los ricos.  ¿Cómo es eso posible?  Se preguntará más de una persona de bien.  Hay muchas maneras de hacerlo pero expondremos una que por su actualidad viene al caso. Ya que se anda esta señora con recortes en los dineros dedicados a la educación de titularidad pública, haciendo que trabajen más unos, para que otros se queden en el paro y hacinando alumnado sin misericordia.

Pues bien las cuentas este año no le salen a Dña Aguirre porque entre otras cuestiones aprobó una modificación de la norma recaudatoria por la que subvencionaba la educación privada, privada, la de aquellos que teniendo garantizada la educación pública, deciden por sí y para sí, que mejor que sus hijos e hijas no se mezclen con el populacho y se pagan un colegio privado, privado. Donde evidentemente se escolarizara los hijos e hijas de familias de similar status y condición.

Pues bien las cuentas este año no le salen a Dña Aguirre porque entre otras cuestiones aprobó una modificación de la norma recaudatoria por la que subvencionaba la educación privada, privada, la de aquellos que teniendo garantizada la educación pública, deciden por sí y para sí, que mejor que sus hijos e hijas no se mezclen con el populacho y se pagan un colegio privado, privado. Donde evidentemente se escolarizara los hijos e hijas de familias de similar status y condición.

El tema de la “libertad de elección” de centros sería ridículo, si no fuera por la tremenda injusticia que esconde. ¿Es libre para elegir aquel que no tiene dinero para pagar? Un derecho que se pretende constitucional no puede ser ejercido por la mayoría de la ciudadanía y se quedan tan panchos. En fin que la cosa estaba así, quien tiene que se lo pague, cuando un grupo de librepensadores de la escuela libre, orientan a Dña Esperanza por la senda de que todos somos iguales y que por ende los que no llevan, libremente, a sus hijos e hijas a la escuela pública, deben recibir algún dinero de la administración pública para que sea efectivo el derecho a la libre elección de ellos (los pudientes).

Y he aquí que se produce la tremenda decisión de trasladar dinero público a quien decide por sí y para sí pagar un colegio privado. La carta a los padres de la dirección del colegio internacional de Aravaca, es ilustrativa del contento producido en este establecimiento que obtiene pingües beneficios de las suculentas minutas que religiosamente pagan sus clientes.

Dice lo siguiente:

Estimados Padres,


En esta etapa en la que estamos inmersos de coyuntura económica y social, me complace informarles que después de mucho tiempo de trabajo por parte de la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada no Concertada, la deducción fiscal es una realidad para la mayoría de las familias que confían la educación de sus hijos en centros privados de la Comunidad de Madrid.


La deducción de los gastos de enseñanza en la declaración de la renta de 2011, será de 900 € por cada hijo y podrán aplicarla todas las familias con rentas de hasta 30.000 € por cada miembro de la unidad familiar. Es decir, que si está compuesta por los padres y un hijo la renta a considerar será de 90.000 € al año, con dos hijos de 120.000 € y así sucesivamente.


Para más información La Ley está publicada en el BOCM de 29 de diciembre. Se encuentra regulado en el artículo 1 de la LEY 9/2010, de 23 de diciembre, de Medidas Fiscales, Administrativas y Racionalización del Sector Público.


Me llena de alegría poder comunicar oficialmente esta información, ya que una gran parte de nuestras familias gozarán de este derecho, que en estos momentos tan difíciles para todos, no deja de ser una motivación más para los que confiamos en la educación privada para nuestros hijos.


Reciban un cordial saludo,


Directora







Deducción fiscal a familias que escolarizan, porque quieren, en centros privados a sus hijos e hijas

Rafael Fenoy Rico, CGT Enseñanza


Fuente: Rafael Fenoy Rico